Para los hombres...
EL GRAN TEMOR: LA INFIDELIDAD DE NUESTRA MUJER.
http://www.masmasculino.com/salud-cosmetica-masculina/INFIDELIDAD-FEMENINA-2.html
La gran diferencia es que ellas pueden actuar premeditadamente. Amar a varias personas a la vez, no es amor, es otra cosa. Cuando un amor vale de verdad la pena, no lo pones en peligro por nada del mundo. El verdadero amor ocupa todo el corazón.
Una mujer casi siempre tiene en cuenta el daño a su pareja y su medio social, sobre todo "el qué dirán", frente a la posibilidad de tener una aventura y, antes de tenerla, sopesa fríamente los "pros" y los "contras".
"Mujeres infieles?? Muchas!!! Pero somos muy discretas, no vamos alardeando por ahí, incluso lo ocultamos a nuestras más íntimas amistades. Las mujeres solemos ver este tema muy mal, hasta que "nos pasa" como si fuera una gripe y entonces hallamos una justificación, ojo!!, una justificación a la mía, pero que no se hace extensible a las demás, que lo son por pendonas."
La mujer siempre, desde los egipcios hasta nuestros días, pasando por Grecia, Roma y el mundo cortesano, ha sido igual en lo que respecta a la infidelidad. El costo social de una mujer infiel es demasiado alto como para que no se cuiden de ser atrapadas. Recordemos que la mujer es: fiel o “ramera”, y el hombre: fiel o “viril”. En todas las épocas las señoras han sido más cuidadosas que los hombres a la hora de “pecar”. Quizás por eso cuando una mujer es infiel el crimen es casi perfecto: no hay cuerpo del delito por ninguna parte, y si un hombre es infiel, las pistas son tan evidentes que hasta Torrente las podría encontrar.
Otras veces hay un intento oculto de venganza y de conformismo con la “segunda plaza” cuando no han podido casarse con el hombre que aman.
"Que sencillo es echarle la culpa al otro, no os parece? Yo he sido corneada y años después amante del que me corneo, que a su vez estaba casado con quien el me corneaba, parece un juego de palabras pero es tan sencillo como que mi novio me ponía cuernos con una tía, lo dejamos, se caso con ella y años después fuimos amantes , ósea la tortilla dio la vuelta completamente y con quien se divertía y desinhibía de nuestra relación, se convirtió en la pesada que no le dejaba vivir, y yo que a su vez había sido la pesada de su novia, me convertí en la amante explosiva que todo hacia.
Que paradójico y cuanto se aprende de esto, tanta culpa tenemos nosotros como ellos, mientras fui su novia, había cosas que no hacíamos en el terreno sexual y en el terreno de conversación, porque eso no se hace con el novio-marido, porque es a lo que nos enseñaron desde chiquitas, porque me daba vergüenza y pensaba, que pensara el de esto o aquello, pensara que no soy la mujer adecuada para ser la madre de sus hijos?, pensara que soy una cualquiera (curioso, era su novia y pensaba eso), pensara que no me merezco el "titulo" de esposa "de"?
Años después, un día charlando ambos, pues aunque habíamos roto nuestra relación sentimental, seguíamos siendo amigos, amigos sin derecho a nada, pero un día charlando de ciertos temas, surgió una hispa, una chispa sexual, que nada tenia que ver con el amor, y los dos estuvimos de acuerdo en seguir adelante y me descubrí haciendo cosas con el que de novios no me había sentido capaz de hacer, me descubrí pidiéndole sin pudor ninguno aspectos sexuales que de novios nunca se me ocurrió pedirle, pero que eran fantasías sexuales que siempre desee tener, me descubrí a mi misma hablándole de sexo sin temores, hablándole de lo que me gustaba del sexo, de lo que esperaba de el en la cama, de lo que deseaba que me hiciera.
Y lo mas curioso es que yo, la celosa, la que siempre lo llamaba para ver donde estaba, me convertí en su consejera sexual de su matrimonio, y el se convirtió en mi diccionario sobre reacciones de su sexo ante esta o aquella situación, el me contaba que problemas sexuales tenia con su esposa, que no le daba ella, cuando, porque y con quien había el buscado alivio por fuera de su matrimonio, que problemas de incomunicación tenían ellos dos, y ahí estaba yo, aconsejándole como ser feliz con su mujer después de un polvo y un cigarro acostados desnudos.
Ni me sentí culpable nunca, ni me lo sentiré, éramos dos adultos, que independientemente de su relación, habíamos decidido llevar una relación paralela, una relación de amistad-sexo sin tabúes. Eso me hizo aprender de mis errores, eso me hizo meditar acerca del porque nuestra relación fallo y a su vez la de el con la que en su día me fue infiel.
Mi respuesta? nos habíamos relajado, habíamos caído en el error de pensar que era nuestro, que nos pertenecía, habíamos caído en el error de dar por sentado que siempre estaría ahí, habíamos caído en el error de pensar que el/ella sobreentendería nuestras reacciones o deseos con unas solas palabras, sin mas conversación.
Y según aseguraba el, a ambas nos amaba, hasta tal punto que cuando le dije que quería terminar nuestra aventura, pensó que era por ella y quiso divorciarse... Confieso que mientras fuimos amantes, fuimos la mejor pareja, el seguía con su mujer (los dos hijos que han tenido, los han tenido dentro de mi tiempo de amante de el) y yo era libre y me iba con quien quería, yo le hablaba de lo que hacia y el me aconsejaba sobre que hacer o no.
Creo que el ser humano es infiel por naturaleza, independientemente de su género sexual. Por eso valoro tanto la fidelidad, porque es como quien dice algo contra natura, algo que haces por amor y respeto..."
Puede ser infiel de manera premeditada, organizada e incluso práctica, teniendo en cuenta, por ejemplo, si sus horarios o sus obligaciones se lo permiten.
Otro factor determinante que una mujer suele considerar antes de tener una aventura, es si su relación matrimonial le satisface. Generalmente, una mujer contenta con su pareja no tiene aventuras ni se deja tentar.
La satisfacción sexual parece no tener demasiada influencia en este hecho, ya que las mujeres suelen buscar aventuras de tipo emocional. Puede que el sexo les funcione de maravilla con su pareja pero necesiten una dosis de pasión, misterio o cariño.
EL ARREPENTIMIENTO
"Es cierto que hay muchas clases de infidelidad, y la más cruda, sin duda, es aquella en la que hay sexo de por medio.
Yo estoy al otro lado, fui infiel a mi pareja, pero no llegué a acostarme con "el otro", la cosa no pasó de besos y de algún encuentro a escondidas. Pero mi pareja se enteró y te puedo asegurar que nada vuelve a ser lo de antes. Cuando un amor vale de verdad la pena, no lo pones en peligro por nada del mundo, porque a la más mínima duda, deberíamos tener la honestidad de pedirles un tiempo a nuestra pareja, para ver las cosas con perspectiva y conocer el verdadero valor de los sentimientos. Así fue en mi caso, tras enterarse él, lo dejamos, hemos estado 6 meses separados, durante los cuales me he dado cuenta de cuanto le amo. Pero, sin embargo, no puedo olvidarme del otro.
Empiezo a creer que las personas podemos enamorarnos de dos personas al mismo tiempo, personas que nos complementan en diferentes aspectos. Eso me hace sentir culpable, porque no me encuentro bien conmigo misma. El sentimiento de culpabilidad del infiel, cuando realmente se arrepiente, es el peor castigo, si a eso le sumas la falta de perdón por parte de tu pareja."
En este caso la mujer quería una relación pasajera sin consecuencias, pero su pareja llegó a conocer de la infidelidad y optó por romper la relación, que casi siempre es lo más habitual.
Si el hombre hubiese optado por la reconciliación, lo que es muy doloroso porque hay una serie de connotaciones sociales e históricas que lo hacen caer en una profunda depresión y falta de autoestima. En este caso, debería haber valorado si su pareja está realmente arrepentida, dando una oportunidad, pero nunca reprochar constantemente, pues de este modo es imposible pasar página.
En el caso concreto, no había un amor tan profundo como el que se comenta, sino la pérdida de una relación estable que seguramente el “nuevo” no ha podido reemplazar.
Amar a varias personas a la vez, no es amor, es otra cosa. El verdadero amor ocupa todo el corazón.
EL GRAN TEMOR: LA INFIDELIDAD DE NUESTRA MUJER.
http://www.masmasculino.com/salud-cosmetica-masculina/INFIDELIDAD-FEMENINA-2.html
La gran diferencia es que ellas pueden actuar premeditadamente. Amar a varias personas a la vez, no es amor, es otra cosa. Cuando un amor vale de verdad la pena, no lo pones en peligro por nada del mundo. El verdadero amor ocupa todo el corazón.
Una mujer casi siempre tiene en cuenta el daño a su pareja y su medio social, sobre todo "el qué dirán", frente a la posibilidad de tener una aventura y, antes de tenerla, sopesa fríamente los "pros" y los "contras".
"Mujeres infieles?? Muchas!!! Pero somos muy discretas, no vamos alardeando por ahí, incluso lo ocultamos a nuestras más íntimas amistades. Las mujeres solemos ver este tema muy mal, hasta que "nos pasa" como si fuera una gripe y entonces hallamos una justificación, ojo!!, una justificación a la mía, pero que no se hace extensible a las demás, que lo son por pendonas."
La mujer siempre, desde los egipcios hasta nuestros días, pasando por Grecia, Roma y el mundo cortesano, ha sido igual en lo que respecta a la infidelidad. El costo social de una mujer infiel es demasiado alto como para que no se cuiden de ser atrapadas. Recordemos que la mujer es: fiel o “ramera”, y el hombre: fiel o “viril”. En todas las épocas las señoras han sido más cuidadosas que los hombres a la hora de “pecar”. Quizás por eso cuando una mujer es infiel el crimen es casi perfecto: no hay cuerpo del delito por ninguna parte, y si un hombre es infiel, las pistas son tan evidentes que hasta Torrente las podría encontrar.
Otras veces hay un intento oculto de venganza y de conformismo con la “segunda plaza” cuando no han podido casarse con el hombre que aman.
"Que sencillo es echarle la culpa al otro, no os parece? Yo he sido corneada y años después amante del que me corneo, que a su vez estaba casado con quien el me corneaba, parece un juego de palabras pero es tan sencillo como que mi novio me ponía cuernos con una tía, lo dejamos, se caso con ella y años después fuimos amantes , ósea la tortilla dio la vuelta completamente y con quien se divertía y desinhibía de nuestra relación, se convirtió en la pesada que no le dejaba vivir, y yo que a su vez había sido la pesada de su novia, me convertí en la amante explosiva que todo hacia.
Que paradójico y cuanto se aprende de esto, tanta culpa tenemos nosotros como ellos, mientras fui su novia, había cosas que no hacíamos en el terreno sexual y en el terreno de conversación, porque eso no se hace con el novio-marido, porque es a lo que nos enseñaron desde chiquitas, porque me daba vergüenza y pensaba, que pensara el de esto o aquello, pensara que no soy la mujer adecuada para ser la madre de sus hijos?, pensara que soy una cualquiera (curioso, era su novia y pensaba eso), pensara que no me merezco el "titulo" de esposa "de"?
Años después, un día charlando ambos, pues aunque habíamos roto nuestra relación sentimental, seguíamos siendo amigos, amigos sin derecho a nada, pero un día charlando de ciertos temas, surgió una hispa, una chispa sexual, que nada tenia que ver con el amor, y los dos estuvimos de acuerdo en seguir adelante y me descubrí haciendo cosas con el que de novios no me había sentido capaz de hacer, me descubrí pidiéndole sin pudor ninguno aspectos sexuales que de novios nunca se me ocurrió pedirle, pero que eran fantasías sexuales que siempre desee tener, me descubrí a mi misma hablándole de sexo sin temores, hablándole de lo que me gustaba del sexo, de lo que esperaba de el en la cama, de lo que deseaba que me hiciera.
Y lo mas curioso es que yo, la celosa, la que siempre lo llamaba para ver donde estaba, me convertí en su consejera sexual de su matrimonio, y el se convirtió en mi diccionario sobre reacciones de su sexo ante esta o aquella situación, el me contaba que problemas sexuales tenia con su esposa, que no le daba ella, cuando, porque y con quien había el buscado alivio por fuera de su matrimonio, que problemas de incomunicación tenían ellos dos, y ahí estaba yo, aconsejándole como ser feliz con su mujer después de un polvo y un cigarro acostados desnudos.
Ni me sentí culpable nunca, ni me lo sentiré, éramos dos adultos, que independientemente de su relación, habíamos decidido llevar una relación paralela, una relación de amistad-sexo sin tabúes. Eso me hizo aprender de mis errores, eso me hizo meditar acerca del porque nuestra relación fallo y a su vez la de el con la que en su día me fue infiel.
Mi respuesta? nos habíamos relajado, habíamos caído en el error de pensar que era nuestro, que nos pertenecía, habíamos caído en el error de dar por sentado que siempre estaría ahí, habíamos caído en el error de pensar que el/ella sobreentendería nuestras reacciones o deseos con unas solas palabras, sin mas conversación.
Y según aseguraba el, a ambas nos amaba, hasta tal punto que cuando le dije que quería terminar nuestra aventura, pensó que era por ella y quiso divorciarse... Confieso que mientras fuimos amantes, fuimos la mejor pareja, el seguía con su mujer (los dos hijos que han tenido, los han tenido dentro de mi tiempo de amante de el) y yo era libre y me iba con quien quería, yo le hablaba de lo que hacia y el me aconsejaba sobre que hacer o no.
Creo que el ser humano es infiel por naturaleza, independientemente de su género sexual. Por eso valoro tanto la fidelidad, porque es como quien dice algo contra natura, algo que haces por amor y respeto..."
Puede ser infiel de manera premeditada, organizada e incluso práctica, teniendo en cuenta, por ejemplo, si sus horarios o sus obligaciones se lo permiten.
Otro factor determinante que una mujer suele considerar antes de tener una aventura, es si su relación matrimonial le satisface. Generalmente, una mujer contenta con su pareja no tiene aventuras ni se deja tentar.
La satisfacción sexual parece no tener demasiada influencia en este hecho, ya que las mujeres suelen buscar aventuras de tipo emocional. Puede que el sexo les funcione de maravilla con su pareja pero necesiten una dosis de pasión, misterio o cariño.
EL ARREPENTIMIENTO
"Es cierto que hay muchas clases de infidelidad, y la más cruda, sin duda, es aquella en la que hay sexo de por medio.
Yo estoy al otro lado, fui infiel a mi pareja, pero no llegué a acostarme con "el otro", la cosa no pasó de besos y de algún encuentro a escondidas. Pero mi pareja se enteró y te puedo asegurar que nada vuelve a ser lo de antes. Cuando un amor vale de verdad la pena, no lo pones en peligro por nada del mundo, porque a la más mínima duda, deberíamos tener la honestidad de pedirles un tiempo a nuestra pareja, para ver las cosas con perspectiva y conocer el verdadero valor de los sentimientos. Así fue en mi caso, tras enterarse él, lo dejamos, hemos estado 6 meses separados, durante los cuales me he dado cuenta de cuanto le amo. Pero, sin embargo, no puedo olvidarme del otro.
Empiezo a creer que las personas podemos enamorarnos de dos personas al mismo tiempo, personas que nos complementan en diferentes aspectos. Eso me hace sentir culpable, porque no me encuentro bien conmigo misma. El sentimiento de culpabilidad del infiel, cuando realmente se arrepiente, es el peor castigo, si a eso le sumas la falta de perdón por parte de tu pareja."
En este caso la mujer quería una relación pasajera sin consecuencias, pero su pareja llegó a conocer de la infidelidad y optó por romper la relación, que casi siempre es lo más habitual.
Si el hombre hubiese optado por la reconciliación, lo que es muy doloroso porque hay una serie de connotaciones sociales e históricas que lo hacen caer en una profunda depresión y falta de autoestima. En este caso, debería haber valorado si su pareja está realmente arrepentida, dando una oportunidad, pero nunca reprochar constantemente, pues de este modo es imposible pasar página.
En el caso concreto, no había un amor tan profundo como el que se comenta, sino la pérdida de una relación estable que seguramente el “nuevo” no ha podido reemplazar.
Amar a varias personas a la vez, no es amor, es otra cosa. El verdadero amor ocupa todo el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario